El estudio revela que las personas más pobres, que son el 40% de la población con menos ingresos, vieron disminuidos sus ingresos
El Banco Mundial publicó un estudio donde presenta una visión completa de la pobreza en el mundo, tras el impacto de la pandemia y otras crisis que han venido afectando a la economía mundial en los últimos años.
Respecto al Perú, el estudio revela que las personas más pobres, que son el 40% de la población con menos ingresos, vieron disminuidos sus ingresos en una mayor proporción (25%) en comparación al promedio de la población (-20%) entre 2019 y 2020. De igual manera, Colombia, Ecuador y Costa Rica han registrado pérdidas similares.
“Recordemos que, en el 2020, la pobreza alcanzó al 30.1% de la población en el Perú. Es decir, alrededor de 3 millones de peruanos y peruanas volvieron a caer en la pobreza”, señala Oswaldo Molina, director ejecutivo de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
Cerca del 60% de los hogares peruanos recibió apoyo por parte del Estado durante la pandemia. Este dato es mayor a lo registrado en Colombia (40%) y México (30%), entre otros. Mientras que Chile alcanzó a cerca de un 70%.
En detalle, es el país en la región donde más hogares (el 80%) registraron algún miembro que dejó de trabajar o perdió sus ingresos por causa de la pandemia.
El estudio del Banco Mundial señala que las medidas de gasto del gobierno para atender la emergencia sanitaria, evitaron que la pobreza en Perú sea 10.5 puntos porcentuales mayor el 2020 (hubiera sido más de 40% sin el estado no hubiera intervenido).
Según los últimos datos del INEI, el nivel de pobreza en el 2021 fue de 25.9%, lo que representa 8,6 millones de personas. “Este dato significó que 1,3 millones de personas que cayeron en la pobreza en el 2020 dejaron de ser pobres. Sin embargo, ese porcentaje aún se ubica por encima de lo visto antes de la pandemia”, agrega Molina.
Además, Molina resalta que existe un 34.6% de la población que no es pobre, pero que sí es vulnerable. “Es decir, sus ingresos y condiciones laborales no les podrían permitir afrontar un shock repentino como la pandemia, alguna enfermedad o emergencia. Lo que les llevaría a volver a vivir bajo condiciones de pobreza”, detalla.
Para retomar la reducción de la pobreza debemos enfocarnos en mejorar y atender las brechas en acceso a servicios básicos, en empleo formal, salud, conectividad, educación, entre otras que aún existen que nos hicieron vulnerables frente a la pandemia.
En ese sentido, el organismo presentó algunas recomendaciones. Una de ellas es evitar los subsidios generales y aumentar las transferencias monetarias focalizadas.
“Debemos repensar y ampliar los programas sociales, de modo que puedan atender oportunamente a la población que acaba de caer en condición de pobreza, específicamente en zonas urbanas donde muchos programas sociales no llegan”, detalla Molina.
“Esto conlleva a mejorar los sistemas de focalización y presupuesto. Además, de consolidar un sistema de protección social que no solo busque aliviar y reducir la pobreza, sino que también preste especial atención a reducir la vulnerabilidad de las familias. Para ello, se debe fomentar la creación de programas de emergencia”, añade.
El experto menciona que es necesario reactivar la economía y crecer de manera sostenida mediante el impulso de la inversión privada. “Esto es fundamental para acelerar la generación de empleos de calidad en beneficio de las personas vulnerables”, subraya.